La ventaja de tener problemas.

Hay mucha gente, tal vez tú mismo en algún momento, que parece que lo único que tienen son problemas.

Todas las conversaciones que mantienen son sobre problemas, sobre las cosas horribles que les pasa, sobre lo mal que está el vecino, la pareja, el país y el mundo.

Lo peor es que muchas veces no es solo que tengan muchos problemas sino que además parecen tener siempre los mismos.

Es normal que todos tengamos que lidiar con obstáculos, objeciones, contratiempos y circunstancias que no son totalmente favorables o no son las que esperamos y deseamos. Sin embargo, el hablar siempre de ello, repetirlo a cada persona con la que hablamos y estar atrapados en un círculo vicioso en el cual todo nuestro foco está puesto en ello, es un problema en sí mismo.

Éste hábito responde a  dos o tal vez a tres de las 6 necesidades humanas básicas y que son; la necesidad de variedad, la de amor y la necesidad de importancia. Es allí donde recibimos beneficios ocultos que representan una ventaja, aunque insana.

Al estar siempre hablando de los problemas recibimos la atención de los demás, su comprensión, su afecto, su consejo, e incluso su ayuda.

Por otro lado aporta variedad a nuestra rutina, porque tomamos esos momentos de conversación, de quedar con alguien para hablar de nuestros problemas o para “evadirnos” de ellos y eso rompe la monotonía. Al tener tantos problemas podemos acaparar la atención de los demás y la importancia de la conversación.

Es por ello que muchas personas no se esmeran realmente en solucionar sus problemas, porque les está proporcionando a su vez un beneficio.

No es algo que se haga conscientemente, la mayoría de las personas no saben que están viviendo éste proceso, porque es un mecanismo de nuestro subconsciente para satisfacer esas necesidades básicas, así como para evitar el gasto de energía y el miedo que da tomar las acciones necesarias para solucionar esos problemas, los cuales además, en muchos casos son imaginarios o exagerados.

Por ello es importante darse cuenta si estamos en esa situación, hacernos conscientes que estamos utilizando esos problemas como medios para evadirnos de tomar decisiones incómodas y obtener otros beneficios inmediatos pero poco constructivos a largo plazo.

Debemos identificar cuándo estamos en ese caso y buscar una manera diferente y más positiva de obtener el amor, la importancia y la atención de quienes nos rodean, así como formas más enriquecedoras de aportar variedad a nuestra vida.

Así mismo, quitar el foco de nuestra atención del problema y re dirigirlo a la búsqueda de posibles soluciones u opciones alternativas.

Proponte dejar de hablar o mencionar tus problemas de cualquier tipo al menos durante una semana. Cada vez que te encuentres o hables con alguien y te pregunte cómo estás, dile que muy bien y céntrate en encontrar aquellos elementos buenos o positivos que tengas en tu vida y háblale sólo de ello.

Aunque pienses que no hay nada bueno, estoy segura que algo habrá. No tiene que ser un gran evento, comienza con lo simple, algo interesante que has leído, una idea o un objetivo que te propones alcanzar, etc.

No hace falta que mientas, sino que te esfuerces en prestar más atención en lo que pasa de bueno en tu vida a la vez que la quitas voluntariamente de lo malo que te ocurre, al menos durante una semana.

Espero que sea una experiencia reveladora y que la compartas y comentes con nuestra comunidad. Con todo mi cariño, te deseo mucho éxito.

María Raquel Denis.

Coach y Mentora

Éxito Comunicación

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